Hace unos días, Lucio Co era recibido por la alcaldesa de nuestra ciudad a bombo y platillo –en el sentido figurado puesto que la banda municipal sigue estando inoperativa y sin director que la dirija-.

Lucio Co es filipino de nacionalidad y dueño de las bodegas Williams & Humbert. Un tipo que controla el mercado oriental de nuestros brandys, tan cotizados por la zona del Pacífico. El filipino firmó en una de las botas de la bodeguita que tan en boga pusiera Pedro Pacheco y se hizo la foto con los munícipes.

De aquellas épocas en las que muchos jerezanos se hacían a la diáspora para representar a nuestros vinos y productos generosos hemos llegado a la situación en la que, aquellos a los íbamos a venderles, son ahora dueños del mercado.

No quiero decir que esto sea malo ni bueno. El mercado es así y siempre gana el que más y mejor apuesta. Nada que objetar a que Lucio Co controle los hilos que durante décadas eran movidos desde las oficinas de una calle cualquiera de nuestra ciudad.

Es la imagen de que Jerez hace ya muchas décadas arrojó la toalla del control de nuestra industria y nuestra riqueza. Ahora todo se cimenta en el turismo y en los coches de caballo. El muestrario de lo que fue esta ciudad y lo que queda de ella. Una pena. Pero una realidad.

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