Pinntura de Bernardino Poccetti del bautismo de San Dionisio por San Pablo.

La voluntad política es muy importante en estos tiempos que vivimos. Si las instancias públicas apuestan por la recuperación de mejillón pura raza española en las costas de Marbella, los recolectores del conocido molusco en aguas malagueñas –que se sepa allí no hay mejillones en el sentido literal de la palabra- estarían de enhorabuena.
Andan solicitando un poco de más atención por parte de las instituciones públicas los talleres de recauchutado. Y también los obradores especializados en la archiconocida palmera de huevo. Que esperen a ver si les llueven las ayudas.
El caso es que hubo una clara voluntad política de quitar algunade las fiestas locales por motivos patronales. La nueva hornada de políticos y demás fauna están empeñados en reescribir nuestra sociedad. Como si no todo estuviera ya inventado. Así que el denominado ‘gobierno’ local apostó primero por la festividad de la Patrona. Fue un globo sonda encubierto en un error de comunicación del gabinete del Ayuntamiento. Aquello tocó hueso y recularon en las tablas. El pueblo de Jerez dijo que nanai. Y así fue como la voluntad política que quería trasladar la fiesta al lunes de Feria, tocó la festividad del Santo Patrón de Jerez y se la cargaron. Ahora creo que andan llorando porque esta jornada es más civil y religiosa y la foto se hace con un camión de reparto de fondo al ser jornada laborable.
Pero en cualquier caso, un día feriado en la semana de Feria es un desaguisado. Si el argumento de peso es que así se mueve más la economía y las ventas en el Real, los que hacen su agosto son los que vienen de fuera para sacar buenos euros de la Feria. Pues jerezanos, apenas quedan en el Real como caseteros. Las atracciones las montan otros que vienen de fuera y las casetas ya están gestionadas por hosteleros que vienen de más allá de nuestras fronteras. Lo cual es una jornada más en la que el jerezano gasta y el dinero se va fuera de la ciudad. Todo un logro. Pero había que cargarse una festividad religiosa porque no vende eso de celebrar el día de un tipo que era muy culto, frecuentaba el areópago ateniense, conoció a San Pablo y se hizo cristiano. Todo esto es como muy rancio, pensaron.
Y sí fue cómo nos mutilaron una fiesta. La de nuestro Santo Patrón San Dionisio Areopagita. Con su cabeza bien puesta porque nunca la perdió.

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