Toros de Núñez del Cuvillo, dos primeros con cierta clase pero faltos de fuerza, dos mansos y uno deslucido. 4º(bis) fue un sobrero de Fernando Sampedro, inédito al masacrarlo en el caballo.

José Antonio “Morante de la Puebla“, de nazareno y oro: tres pinchazos, estocada y dos descabellos (palmas tras aviso); y dos pinchazos y bajonazo infame (bronca).

José María Manzanares, de burdeos y azabache: media (ovación tras petición); y pinchazo hondo, nuevo pinchazo y el toro se echa (ovación tras aviso).

Daniel Crespo, de blanco y oro, y que tomaba la alternativa: estocada baja (oreja con fuerte petición de la segunda); y estocada baja (oreja).

Incidencias.- Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria del doctor Julio Mendoza, cirujano jefe de plazas como las del Puerto de Santa María, Jerez de la Frontera o Sanlúcar de Barrameda. Algo menos de tres cuartos de entrada en tarde de calor

Daniel Crespo cortó dos orejas y salió a hombros en la tarde de su alternativa como matador de toros en El Puerto de Santa María en una tarde donde Morante de la Puebla fue abroncado y Manzanares ovacionado ante dos mansos de libro.

Crespo saludó al toro de la alternativa con enjundiosas verónicas, ganando siempre terreno y rematadas con una media de notable empaque. El animal ya apuntaba pocas fuerzas, pero así y todo el toricantano le recetó un quite por chicuelinas de manos bajas abrochadas con otra media a cámara lenta.

Tras la liturgia del doctorado, Crespo abrió faena con pases por alto más allá de la segunda raya de gran calado. El toro tuvo nobleza y mucha clase que el torero de la tierra supo aprovechar con pases en redondo de notable factura. Por el izquierdo quiso menos pelea el animal, pero, aún así, brotaron algunos templados naturales, de trazo largo y sentido.

Cuando volvió a la derecha, el toro ya estaba echando la persiana. Manoletinas finales y estocada baja que hizo rodar al animal. Oreja con fuerte petición de la segunda.

Otra más obtuvo del sexto, toro con la cara más lavada y terciado, impropio para la plaza del Puerto. También fue muy deslucido, pero Crespo, todo ganas y voluntad, logró el apéndice que le hacía falta para la Puerta Grande, gracias también al empuje que hizo el paisanaje.

Morante recibió a su primero a la verónica jugando muy bien la cintura aunque esperándolo, sin acabar de echar el capote por delante. No obstante, hubo sabor y mucho gusto. Media marca de la casa que crujió la plaza, que también deliró con tres preciosas chicuelinas que improvisó el sevillano con una media de sabor añejo.

Tras la devolución de trastos, Morante se fue al tercio a iniciar faena, aunque pronto vio que el “cuvillo” estaba prácticamente en las últimas antes, siquiera, de darle un solo muletazo. Un par de cositas a media altura y al hilo del pitón antes de desistir. Mal con la espada, le aplaudieron de forma cariñosa.

El sobrero de Hermanos Sampedro que hizo cuarto lucía una preciosa estampa. Bonitos para todos excepto para Morante, que dio la de arena. Se frenó en el capote el astado y a partir de ahí mandó al picador que lo zurraran bien en el caballo, dejando el toro ya para el arrastre. Morante se limitó a quitarle las moscas antes de dar un mitin con la espada. La bronca fue fenomenal.

Manzanares, inédito con el capote, sorteó un primer toro de mansa y distraída condición. Apretó a los banderilleros para los adentros y no se empleó nunca. El alicantino se fue a los medios y comenzó en redondo bajándole mucho la mano. Sometiéndole. Con la zurda no hubo conexión pero ofreció un pase de pecho larguísimo y muy bello.

A vueltas a la diestra el hombre tuvo que llevar a su antagonista siempre muy tapado, sin dejarle ver las tablas, donde, al final, tuvo que epilogar su labor, a la que le faltó mayor contundencia con los aceros.

El quinto tuvo los mismos defectos y a Manzanares no le quedó otra que aplicarle la misma medicina: mando y mano baja. El toro duró muy poco y a la segunda tanda se rajó por lo que la esforzada faena del alicantino se limitó a que el animal no se fuera a la querencia. Ovación con saludos.

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